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COVID not fuck: La realidad del sexo

  • Foto del escritor: Pablo Moreno
    Pablo Moreno
  • 24 may 2021
  • 6 Min. de lectura

Pablo Moreno | Castelló

Quien iba a decirnos que hasta lo que nos hacía sentir tan libres también se iba a ver coercido por un diminuto y maligno virus… La COVID-19 se ha llevado por delante muchísimas víctimas, pero seamos realistas, no todo son personas. El sexo es otra víctima más de la pandemia. Bajo este contexto de mascarilla y distanciamiento social en el que nos encontramos, dónde el contacto físico es el último eslabón a alcanzar en una larga cadena de objetivos, el paradigma de las relaciones ha cambiado por completo y, por consiguiente, la actividad sexual de las personas.


La nueva normalidad en la que nos vemos inmersos desde el pasado marzo no nos permite desarrollar nuestra vida sexual de la forma que conocíamos anteriormente. El miedo a tocarnos, al contagio, nos ha producido un rechazo en cuanto al contacto con otras personas. Sin embargo, el coronavirus ha trasformado por completo la perspectiva con la que veíamos antes la sexualidad y poco a poco vamos descubriendo otras vías para disfrutar de ella sin ningún riesgo. Dicho cambio, ha acarreado una serie de consecuencias en cuanto a la actividad sexual se refiere. Por ello, en este reportaje vamos a estudiar cómo el coronavirus ha cambiado la situación del sexo en cuatro ámbitos: el psicológico, el tecnológico, el económico y el social.


La pandemia no nos permite desarrollar nuestra vida sexual de la forma que conocíamos anteriormente.


Mente VS Libido

Desde una perspectiva psicológica, la COVID-19 ha perjudicado a nuestra mente más de lo que nos pensamos. Sin darnos cuenta, el confinamiento, la incertidumbre… nos ha dejado secuelas que tal vez no somos conscientes de ellas, pero que están ahí y que nos están afectando. Según una encuesta realizada a más de 80 individuos de entre 18 y 57 años, el 87,1% afirmó que la pandemia les ha afectado psicológica y emocionalmente, siendo la ansiedad, la tristeza y el estrés los principales problemas que han adquirido con la llegada del coronavirus.


Todos estos efectos se han trasladado al plano sexual, ya que el sexo está muy ligado a nuestra mente. La principal consecuencia que se ha podido observar ha sido el cambio que han experimentado en la libido. En el caso de los hombres, de los 31 participantes, el 48,38% han experimentado un aumento de esta, pero por muy poco —también son muchos los que ha experimentado una disminución de su deseo sexual—. En el caso de las mujeres ha ocurrido prácticamente los mismo. De las 52 que respondieron, el 57,69% han experimentado cambios, siendo también el aumento de la libido lo que ha predominado y también por muy poco.


También debemos matizar que los cambios producidos son diferentes según el caso que estemos tratando. Dependiendo de si hablamos de parejas o gente soltera los efectos del coronavirus en su vida sexual han sido más o menos perjudiciales. Para analizar estos hechos con mayor profundidad hablamos con Lara Antiquino, licenciada en Psicología y especializada en Sexología y Terapia de pareja.


«Uno de los mayores enemigos del deseo sexual es la monotonía» Lara Antiquino, licenciada en Psicología y especializada en Sexología y Terapia de pareja.

Placer tras la pantalla

Otro de los puntos fuertes que toma protagonismo dentro de las consecuencias de la pandemia en el sexo es el papel de las tecnologías. La imposibilidad de poder relacionarnos con otras personas —en excepción de las parejas convivientes— ha hecho que los dispositivos electrónicos sean una extensión más de nosotros. De esta forma, nos es más fácil interactuar a nivel sexual tanto con uno mismo como con otras personas. Según los datos obtenidos en la misma encuesta nombrada anteriormente, el 48,2% afirma haber notado cambios en su vida sexual a raíz de la COVID-19. El principal cambio lo han notado en la experimentación de cosas nuevas, siendo el sexting y el cibersexo dos de las actividades más practicadas. Estos hechos también se reflejan en las conclusiones del Barómetro Control 2020 Los jóvenes y el sexo —estudio sobre sexo de la marca Control a jóvenes españoles de entre 18 y 35 años—, en el que se expone que un 27% de jóvenes han experimentado nuevas prácticas sexuales durante el tiempo de pandemia.


Cabe resaltar que recurrir a estas praxis ha sido una buena opción para evadirse temporalmente y reducir los niveles de estrés y ansiedad. No obstante, si no se actúa de una forma adecuada, la practica de estas actividades pueden ocasionar consecuencias no muy placenteras… Estamos continuamente rodeados de nuevas tecnologías y la accesibilidad a ellas es muy sencilla. Esto viene a decir que estamos muy expuestos a los peligros que conlleva la práctica de estas actividades, por tanto, aquí te dejamos unos tips para hacer sexting seguro de la mano de @freeda_es.


Orgasmo económico

Al igual que en el apartado anterior, los cambios en la vida sexual de las personas y el experimentar cosas nuevas han traído consigo una serie de consecuencias, pero no solo tecnológicas, sino también económicas.La necesidad de evadirse y reducir los niveles de estrés durante el confinamiento ha hecho que muchas personas recurran al uso de complementos en su vida sexual. Hablamos de los juguetes sexuales. En la misma encuesta comentada al principio, estos complementos han encabezado la lista de nuevas prácticas sexuales con un 59,1%, incluso superando las prácticas comentadas en el ámbito anterior.


Hay que tener en cuenta que muchos de los encuestados ya disponían anteriormente de juguetes sexuales y no han tenido la necesidad de comprar ninguno durante el confinamiento. En cambio, muchos otros se han iniciado en este mundo durante la pandemia, siendo un 29,4% los que han decidido invertir tanto en estos productos como en otros tales como lencería, contenidos audiovisuales y demás. Ello ha supuesto un considerable impacto económico en el sector erótico, un sector al que la pandemia no ha hecho tanta mella en comparación a otros. Este ha sido el caso de la conocidísima marca en nuestro país Platanomelón, cuyas ventas —según expone Laura Castro, responsable de comunicación de la marca— «aumentaron alrededor de un 100% en comparación con el pre-confinamiento».


Las consecuencias económicas no solo se producen en las grandes marcas. Los pequeños, establecimientos, los conocidos sexshops, también han experimentado mejoras en las ventas, ya que la proximidad y la fiabilidad que aporta al consumidor una tienda física, ha alentado a la gente a comprar lo que necesitaba. Esto y mucho más nos lo explica Inma Molina, propietaria de la tienda erótica KinPlaer.


«Muchas parejas han puesto remedio probando juguetes sexuales» Inma Molina, propietaria de la tienda erótica KinPlaer.


Pero no solo la venta de juguetes sexuales ha experimentado cambios debido a la pandemia. También lo han hecho productos como los condones o los contenidos audiovisuales para adultos. Los primeros mencionados lo han notado negativamente. Según explica Marta Colmenero, responsable de Marketing Artsana Spain (empresa que lleva la marca Control), «la producción de condones ha experimentado cierta caída y difícilmente conseguiremos llegar a las mismas cifras de ventas si no termina la pandemia».


En cambio, los segundos todo lo contrario. Según un estudio publicado por la revista Nature, las búsquedas en internet sobre pornografía se dispararon en aquellos países que se vieron afectados por un confinamiento domiciliario. Las empresas pornográficas han sabido aprovechar bien esta situación han experimentado un consumo exponencial de sus contenidos. Este fue el caso de PornHub, empresa que desarrolló una gran campaña en la que facilitaba el acceso gratis a todos sus contenidos premium durante dicho confinamiento. Ello le ha permitido conseguir un 25% más de visitas, una mayor fidelización y mantenerla durante el post-confinamiento.


Gatillazo social

Los efectos de la COVID-19 en el sexo también tienen un alto componente social. En cierta manera, este está ligado a la sociedad en materias como natalidad y desarrollo demográfico. En un primer momento se planteó que la pandemia pudiera traer consigo un nuevo episodio de baby boom, pero se está comprobando que no ha sido el caso. La situación de incertidumbre y de inestabilidad económica que está causando el contexto actual provoca que muchas parejas se replanteen el formar una familia. Ello se manifiesta en los índices de natalidad cuya tasa ha sufrido una drástica caída, un hecho que traerá consigo una serie de consecuencias nada favorecedoras para las generaciones futuras. Así es como se ha reflejado en los últimos estudios del INE: un 20,4% menos de nacimientos a comparación del 2019. Profundizamos este tema con Salvador Seguí, profesor de Sociología en la Universitat Jaume I de Castelló.

«Esto va a empeorar la pirámide demográfica desde el punto de vista de cómo sufragar las pensiones» Salvador Seguí, profesor de Sociología en la Universitat Jaume I de Castelló.



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