Invisibilizadas en la ciencia
- Ana de la Sierra Castro
- 2 may 2021
- 7 Min. de lectura
La falta de vocación de las mujeres por las carreras STEM resulta preocupante
Ana de la Sierra Castro. Valencia
Actualmente, el 56,6% de los estudiantes universitarios en España son mujeres. Sin embargo, la balanza se desequilibra cuando ponemos el foco en carreras científicas y tecnológicas. Según un informe de la UNESCO Descifrar las claves: la educación de las mujeres y las niñas en materia de STEM, sólo un 35% del alumnado universitario que estudia carreras STEM (acrónimo inglés que aglutina ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) son mujeres. De hecho, solo el 12,9% de las matriculadas en informática son mujeres y en el caso de las ingenierías, construcción e industria la cifra se sitúa en el 28,5%, determina las Estadísticas Universitarias publicadas por el Ministerio de Educación y FP para el curso 2018-2019. Una tendencia que se ha mantenido constante en los últimos años.
Los desequilibrios en las cifras de matriculados demuestran una desigualdad social. Puesto que, si la elección de las carreras universitarias fuera una decisión de gustos y preferencias, las matemáticas dicen que tendrían que ser en todas las carreras aproximadamente, 50% mujeres y 50% hombres, en cambio esta distribución igualitaria no está. Las ideas preconcebidas, los denominados estereotipos hacen que las niñas y jóvenes se dirijan hacia unas titulaciones y no otras. Por tanto, el reto no está en obligar a las mujeres a que estudien carreras científicas y técnicas, pero sí en fomentar a las niñas que estudien lo que les gusta, que se sientan capaces de hacerlo y que no piensen que no pueden conseguirlo.

Sin embargo, como podemos ver en el gráfico “Distribución del número de estudiantes de Grado y 1º y 2º Ciclo por rama de enseñanza y sexo”, hay una feminización de las carreras vinculadas a la salud, donde resulta, también, necesario actuar debido a la falta de varones.



Los gráficos demuestran como es necesario reflexionar sobre la preocupación existente de por qué las mujeres prefieren las carreras de tipo Sanitario, Ciencias Sociales o Jurídicas a las carreras STEM.
DESCIFRAR EL CÓDIGO
Como se puede apreciar, estas diferencias y esta desigualdad tan profunda no se dan por casualidad. Son muchos los factores que se entrelazan para influenciar el interés de las niñas en estas disciplinas. Sin embargo, estas decisiones no dependen de la capacidad cognitiva, sino que surgen de los procesos de sociabilización y de aprendizaje.
Según la UNESCO, durante los primeros años de vida de las niñas y niños influyen factores tanto individuales (factores biológicos que pueden influenciar en las habilidades y aptitudes) y psicológicos, familiares (influencia de los padres), escolares (plan de estudios, recursos de aprendizaje, profesores), sociales (normas sociales y culturales relacionadas con la igualdad de género y los estereotipos, medios de comunicación, etc.)
Por otro lado, la falta de participación femenina en estas disciplinas también se debe a las ideas preconcebidas que vienen viene reforzadas, consciente o inconscientemente desde la infancia a través de la educación, la familia o los medios de comunicación. Hoy en día, las imágenes que persisten en el imaginario colectivo de una persona científica son, en su gran mayoría, de un hombre. Este es solo alguno de los prejuicios y estereotipos que la sociedad tiene arraigados.
Además, en muchas ocasiones, a las niñas se les educa en la creencia de que los temas relativos con las STEM son meramente “masculinos” y de que su capacidad en este ámbito es inherentemente inferior a la de los hombres, aunque saquen notas equiparables o superiores a sus compañeros. Cuando a nivel biológico se ha desmentido cualquier teoría que apoye esta idea.
Un estudio publicado en 2017 por la revista Science sobre la percepción de la ciencia en niñas y niños de entre 4 y 6 años concluye que los estereotipos de género se adquieren y son visibles desde una edad temprana. Con 6 años, los niños y niñas asocian la alta capacidad intelectual más con los hombres que con las mujeres. Por tanto, las niñas pierden el interés en las materias STEM porque se sienten menos capaces que sus compañeros varones. Un estereotipo que tiene un efecto inmediato en sus intereses y que les aleja de profesiones y vocaciones consideradas como difíciles, dónde hay que ser muy inteligentes para dedicarse a ellas. Sin embargo, “estos estereotipos que a las chicas las alejan de la ciencia y de la tecnología, a los chicos también les marcan. Es una carga importante para ellos tener que ser fuertes”, reflexiona Silvia Rueda.
Sin embargo, hay que ser conscientes de que, si estos referentes se les muestran en secundaria, muchas de estas niñas ya han elegido y, por tanto, tienen claro que no son suficientemente válidas para estas carreras. Dado que ya han creado en su cabeza ideas falsas. Por tanto, hay que adelantarse y actuar en edades tempranas.
Por otro lado, además de haber una falta de referentes en los libros, en la formulación de problemas no hay apenas mujeres. Desde los libros de texto se ofrece una imagen estereotipada de la realidad. Una idea falsa que hay que corregir, no solo para que en la sociedad haya mujeres científicas sino para que se tenga una igualdad de oportunidades. Y además, pese a que no haya apenas referentes, si a esas niñas que no se ven tan inteligentes se les muestran referentes como Marie Curie, ganadora de dos Premio Nobel, es imposible que se vean identificadas con ella.
Ante esta situación, muchas iniciativas como Girls4STEM buscan impulsar el empoderamiento femenino en las disciplinas STEM desde estadios tempranos de la educación y así contribuir a eliminar la brecha de género que se consolida en el acceso de las disciplinas y que tiene repercusión en la vida laboral de todas las personas.
Otra de las razones se debe en parte a la falta de referentes que fomenten la vocación científica en las niñas, dado que lo que no se ve no existe. A lo largo de la historia, de manera injusta, a las mujeres no se les ha reconocido sus contribuciones al desarrollo científico como a los hombres. El saber científico femenino ha quedado invisibilizado por una historia que recoge de forma sistémica las aportaciones científicas. Como consecuencia de ello, en la actualidad, se detecta que las adolescentes no eligen carreras científicas por falta de espejos en los que verse reflejadas, “una herencia cultural que no podemos seguir permitiéndonos”, determina la campaña #NoMoreMatildas.
Resulta fundamental comprender los factores que generan esta situación para estar en condiciones de revertir estas tendencias.
INICIATIVAS PARA FOMENTAR LAS VOCACIONES CIENTÍFICAS-TECNOLÓGICAS
Son muchas las iniciativas e individuos que pretenden impulsar y fomentar las vocaciones científicas y tecnológicas entre las niñas y niños, así como generarles referentes femeninos y desterrar estos estereotipos de género creados desde edades muy tempranas.
Entre ellas, hemos podido hablar con algunas de las impulsoras de diferentes iniciativas que participaron en la cuarta edición del Dones i ciencia al Jardí Botànic de València, entre ellas: Anabel Morales con Recordando a Lise Meitnner, Silvia Rueda con Girls4Stem o Victoria Toro con #NoMoreMatildas.
GIRLS 4 STEM
GIRLS 4 STEM es un proyecto dirigido al fomento de las vocaciones STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) dirigido especialmente a las niñas y jóvenes (primaria, secundaria, bachillerato, ciclos formativos), mediante actividades de divulgación.
PROYECTO MEITNER. RECORDANDO A LISE MEITNER
«Proyecto Meitner. Recordando a Lise Meitner», es una iniciativa organizada por el Instituto de Física Corpuscular (IFIC), centro mixto del CSIC y la UV, para recordar a esta pionera de la física nuclear y destacar el papel de las mujeres en la ciencia. Con él, el IFIC recuperará y revalorizará la contribución de las grandes pioneras de la Física Nuclear y de Partículas a través de la figura de Lise Meitner.
NO MORE MATILDAS
#NoMoreMatildas es una campaña de la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas que tiene como objetivo denunciar las consecuencias del efecto Matilda, este fenómeno denominado así en honor a Matilda Joslyn Gage, la primera activista en denunciarlo consiste en no reconocer los logros de las mujeres científicas cuyo trabajo a menudo se atribuye a sus colegas masculinos.

CIENTÍFICAS DE FUTURO
La baja participación femenina en los estudios STEM y, por consiguiente, en las profesiones del área, resulta tanto más alarmante cuanto que se considera que, en general, las carreras vinculadas con las STEM constituyen los empleos de futuro, la fuerza motriz de la innovación, del bienestar social, del crecimiento inclusivo y del desarrollo sostenible. La crisis de la COVID-19 ha puesto de manifiesto la importancia de la ciencia y de las investigaciones para resolver los problemas de la sociedad y cómo la tecnología se ha mostrado clave para ayudarnos a seguir con nuestras vidas.
Por tanto, si los puestos de trabajo van a estar muy relacionados con las carreras científico-técnicas y la formación condiciona la empleabilidad y la trayectoria profesional, resulta importante que las mujeres accedan, en igualdad de condiciones que sus compañeros varones, a estas profesionales. Dado que si va a haber una diferencia económica entre una carrera y otra, a las que va a afectar fundamentalmente es a las mujeres.
Hoy en día, todavía continúa existiendo una brecha de género que evidencia que no todas las personas consiguen acceder a estas disciplinas que prevalecen sobre cualquier aspecto en nuestras vidas y son fundamentales para su desarrollo. De esta manera, resulta fundamental que las niñas y las mujeres tengan igualdad de oportunidades para contribuir a beneficiarse de estas disciplinas. Sin embargo, no es solo una cuestión de igualdad que también, sino que además si se cuenta con equipos diversos, estudios demuestran cómo las empresas obtienen mayores beneficios. Por lo que, se podría conseguir una sociedad con mayores ingresos y mejores resultados. La ciencia no se hace de forma individual se hace en equipo, necesita todo el talento.
Para ello es necesario que mujeres y hombres, de forma igualitaria y justa, se sumerjan en estos mundos. Ya lo declara la ONU en el artículo “Descifrar el código: La educación de las niñas y las mujeres en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM) que “las niñas y mujeres son personas claves para crear soluciones para mejorar vidas y generar conocimiento ecológico inclusivo que beneficie a todos y todas”. Es un derecho humano garantizar el acceso igualitario de niñas y mujeres en la educación y las carreras STEM. Todas las personas son iguales y deben de tener igualdad de oportunidades, incluyendo estudiar y trabajar en el campo de su elección.
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