Sexo y pandemia: pasar más tiempo solos ha fomentado el placer individual
- Marina P. Arcís
- 28 may 2021
- 7 Min. de lectura
Las ventas de juguetes eróticos han aumentado un 25 %
Érika Del Álamo y Marina P. Arcís. València
Cuatrocientos treinta y cinco días en pandemia. 17 horas al día en casa de media, cuatro más que antes de que el virus llegara a nuestras vidas. En este tiempo, hemos aprendido a hacer las cosas solos. Hasta el sexo. Siete de cada diez personas se masturba hoy más que antes del confinamiento.
El sexo está concebido como una experiencia entre dos o más personas, pero más allá de esto hay un mundo que aún está por conocer. Con la llegada de la pandemia y de las restricciones, las prácticas sexuales han pasado a ser una actividad que ya no se realiza en pareja o en grupo, ahora, las personas han tenido que practicarlas de forma individual.
La masturbación es un tema que no pasa de moda, siempre existe ese halo de si hacerlo es bueno o malo. Según una encuesta realizada sobre la masturbación y el deseo sexual durante la pandemia, casi el 60 % de los y las encuestadas afirmaba que durante este período se masturbaba más que antes debido a que pasan más tiempo solos y apenas tienen contacto con más personas.
La Guía IPPF de la Federación de Planificación Familiar Estatal “Relaciones sexuales en tiempos de COVID-19: ¿qué necesitas saber?” acerca de cómo actuar en el ámbito sexual frente a la situación recomendaba la masturbación: «Es una de las opciones que tenemos para seguir disfrutando de nuestra erótica sin poner en riesgo nuestra salud y la de nuestra pareja».
Esta práctica, más allá de ser una necesidad de satisfacción al pasar más tiempo solos, es una forma de prevenir contagios por COVID-19, lo que explica, en parte, el aumento de la misma.

Diana Félix Pantoja, coordinadora del centro joven de atención a la sexualidad de Madrid y coordinadora de los proyectos que la Federación de Planificación Familiar Estatal desarrolla en la Comunidad de Madrid explica que la masturbación es una práctica erótica más dentro del amplísimo repertorio que existe dentro del sexo. No es que durante la pandemia se haya “convertido en la reina”, cuenta Pantoja, sino que ha sido una de las prácticas más factibles que se han podido hacer en un contexto en el que de repente no se podía hacer mucho más. «Ha aumentado si tenemos en cuenta que ha habido otras interacciones eróticas que no han sido posibles. Quien recurre a la masturbación de manera habitual quizá lo haya hecho con más frecuencia que quien no y a quien no le guste o no lo haya hecho regularmente, probablemente habrá seguido igual que antes y seguramente habrá habido gente que lo ha descubierto durante estos meses», señala Pantoja.
Para Laura De Lera, sexóloga y psicóloga clínica, la pandemia ha sido un momento para satisfacerse individualmente: «Ha aumentado la conciencia de masturbación y de darnos placer a nosotras mismas». Ambas expertas coinciden en que esta práctica se ha visto ligeramente afectada por el contexto actual.
Aumenta el uso de juguetes sexuales
Actualmente, la sociedad está experimentando el boom de los juguetes sexuales. Según Pantoja: «El uso de juguetes sexuales es una manera ideal para complementar las relaciones sexuales y añadirles nuevas experiencias».
Muchas veces existe el prejuicio de que la masturbación o el uso de juguetes sexuales es una práctica única y exclusiva de personas que están solteras, pero esto no es así. Ante la situación epidemiológica que las personas están pasando, la masturbación con juguetes eróticos adquiere cada vez más protagonismo. Según datos de una encuesta hecha por la Asociación Nacional de Informadores de Salud, el 86,5 % de los encuestados han decidido experimentar en sus relaciones con productos sexuales, entre los más demandados se encuentran los lubricantes, los vibradores y los geles de masajes.
David Gálvez, gerente y copropietario de la sex shop Fruta Prohibida, tienda online de juguetes sexuales, explica: «Durante los meses de confinamiento se experimentó una subida de las ventas alrededor de un 25 %». La empresa de juguetería erótica se benefició de la situación de pandemia, pues fue una de las compañías que siguió con las ventas a pesar de haber empezado en el negocio hace poco más de un año.
Además, Gálvez afirma que estar en casa fomentaba la comunicación de consumidores con la tienda, lo que ha dado a entender a Fruta Prohibida que la soledad estaba afectando positivamente a las ventas. «Sí que hay más consultas. En la sex shop nos dábamos cuenta de que las preguntas que los clientes tenían con sus amigos o con el médico nos llegaban a través del correo electrónico o WhatsApp», explica Gálvez.
Otro aspecto que destaca es que, en relación con la masturbación, las ventas de juguetes de uso individual han aumentado notablemente, sobre todo en juguetes para uso masculino.
Sube el consumo de pornografía
Durante el período de confinamiento se ha observado un aumento notable del consumo de pornografía en Internet, un uso que va ligado al aumento de la masturbación. Según el estudio llevado a cabo por investigadores de Francia, Turquía e Italia, publicado en la revista Nature “The impact of COVID-19 pandemic on pornography habits: a global analysis of Google Trends”, una de las páginas de pornografía más utilizadas experimentaba un aumento del 25 % de su consumo durante los meses de pandemia respecto años anteriores.
Este estudio refleja uno de los motivos por los que la ciudadanía consume más pornografía: «Las personas permanecieron aisladas o en cuarentena en sus hogares para evitar la propagación del virus y evitar infectarse. Según nuestros análisis, mostramos que la gente está encontrando formas creativas de pasar el tiempo como ver porno en casa».
Además, en la discusión del análisis se comenta que consumir porno en Internet es una forma de aliviar el aburrimiento o acabar con los sentimientos de desesperación, estrés o ansiedad.
Lejos de todo esto, no podemos olvidar que la pornografía tiene una finalidad muy concreta que es excitar a los consumidores. El consumo de este tipo de vídeos o imágenes también influye en la forma en la que nos relacionamos con el resto de personas, ya sea mediante interacciones eróticas o no.
Para De Lera, esta relación directa entre masturbación y consumo de imágenes pornográficas en Internet para llevarla a cabo, “no le hace en absoluto feliz”, y considera que es un error asociar esta práctica con el uso de pornografía.
«Determinados institutos nos han pedido expresamente tener charlas donde la materia de reflexión fuese el consumo de pornografía», indica Pantoja. Para ella, uno de los principales puntos a tratar cuando se habla de sexualidad es la falta de educación en la misma. Explica que sí que hay programas de mucha calidad, pero como no están implementados, al final la educación sexual que se trata en el aula son acciones muy concretas y puntuales. La experta incide en que la educación sexual va mucho más allá de lo que enseña la industria de la pornografía.
A partir de los doce años todo el mundo ha visto porno. «El problema viene cuando los adolescentes no tienen recursos porque no se les ha educado para entender que el porno es ficción y cuando años después empiezan a tener sus primeras relaciones ven que no es lo mismo que en las películas, sienten insatisfacción», concluye Pantoja.
El deseo sexual ha descendido
No tener la opción de conocer gente nueva y tener contacto físico durante el contexto de pandemia ha supuesto un golpe muy duro en las relaciones. Interactuar con otros entornos es uno de los aspectos que más importan si nos referimos a una relación, ya sea sexual o sentimental.
Según datos de la ANIS, Asociación Nacional de Informadores de Salud, esto se debe al miedo ante la idea de mantener relaciones sexuales con personas desconocidas en la pandemia para así reducir conductas de riesgo, entre otros motivos.
Además, De Lera relaciona esta pérdida del apetito sexual a que la situación ha traído consigo “situaciones y emociones bastante desagradables” como tristeza y estrés. Además de las constantes tragedias como la pérdida de familiares o del trabajo. Es por ello que, atribuyendo las culpas a la pandemia, el líbido de las personas se ha visto muy afectado, y por tanto, el deseo sexual es bastante más bajo en comparación con años anteriores y momentos de normalidad.
Según datos de la encuesta realizada, un 67 % de los encuestados afirma haber notado consecuencias negativas en el deseo sexual durante el período de pandemia.
De Lera cuenta que los hombres han sido más conscientes de que su deseo sexual ha descendido y esto hace que sean ellos quienes más se han visto afectados por esta bajada del apetito. Del 67 % de las personas encuestadas que afirmaba haber notado bajadas del líbido durante el período de pandemia, más de la mitad son hombres.
La experta opina que las mujeres están más acostumbradas a hablar abiertamente de que ha disminuido el deseo sexual y por ello son los hombres los que más han notado el descenso.
Pantoja explica que la pandemia ha afectado a una de las dimensiones más importantes del ser humano, como es la sexualidad. «Casi ha desaparecido el terreno erótico, porque no puedes relacionarte piel con piel», afirma la experta.
A raíz de esta pérdida de apetito han renacido nuevas prácticas que antes no estaban tan normalizadas. Una de ellas son las relaciones a distancia. Antes de la pandemia, hablar de relaciones sexuales a través del móvil no era lo frecuente porque, según Pantoja: «Existía cierto halo de prohibición y de exposición a que tus desnudos se hiciesen virales».
Después de haber pasado más de cuatrocientos días encerrados, la tolerancia por parte de la sociedad hacia este tipo de relaciones ha aumentado porque en muchas ocasiones, ha sido la única vía. Como explica Pantoja: «Ha sido el descubrimiento de una práctica más que ya existía, pero que no gozaba de mucha popularidad».
El período de pandemia ha supuesto, para muchos, un cambio en las rutinas y una forzosa adaptación al entorno. Dedicarnos tiempo a nosotros mismos implica satisfacer nuestras necesidades y esto implica que seamos más conscientes de qué necesita nuestro cuerpo. La sexualidad, un ámbito muy afectado por la situación, ha cobrado importancia cuando hemos permanecido más tiempo solos.
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