Verstappen da un puño sobre la mesa

Verstappen celebrando su victoria en Mónaco. Imagen vía: Twitter (@F1)

Carlos Gil. Castellón

Así finalizó el Gran Premio de Mónaco, un escenario lujoso donde el español Carlos Sainz llegó con un sello distintivo en la carrera. Con la cabeza fría, el español sabía el peso que llevaba encima visto el abandono de Charles Leclerc en la Q1 y con la pole que le dejo fuera tras una avería en el coche de la escudería italiana. En la clasificación sorprendió la gran carrera por parte del equipo de RedBull que mantuvo a dos de sus pilotos en el alza de la clasificación en territorio monegasco. Verstappen conquistó su segundo triunfo en el Mundial, mientras que Pérez se quedó en cuarta posición cerca del británico Norris.

Las cosas no fueron tan bien para el piloto inglés Lewis Hamilton, que pese a las altas expectativas que generó en el resto del campeonato, este no era su circuito. El abandono de Bottas por un fallo en boxes que no pudieron solucionar dejó al equipo de Mercedes muy por de bajo de la media del resto de pilotos. Mercedes apostó por una estrategia más agresiva yendo a boxes a mitad de carrera para poder así adelantar al resto de pilotos y situarse en el podio.

La competencia no tardó en reaccionar cuando empezaron a entrar en boxes para cambiar a neumáticos medios, aunque pasadas las 45 vueltas, lo que desgastó mucho al equipo de Mercedes fue anticiparse, tras el alto ritmo que se estaba corriendo durante toda la carrera.