El virus contra la economía valenciana
- Javier Bañuls
- 29 may 2021
- 4 Min. de lectura
El sector del montaje sigue siendo castigado 14 meses después de la pandemia
Javier Bañuls. València.
En un momento en el que España ha logrado sobreponerse al virus en lo sanitario tras la llegada de las vacunas, las heridas económicas que este ha dejado son ahora las que más preocupan a los propietarios de una pyme. Javier Simó es un empresario de cuarenta y siete años que dirige un negocio de montaje de stands para eventos en la localidad de Moncada (Valencia). Antes del decreto del estado de alarma, Simó ya recibió una pésima noticia. «A principios de marzo cancelaron la feria de Milán —una de las más importantes para la empresa—. Ahí fue cuando nos dimos cuenta de que este año iba a ser muy complicado», explica el dueño del negocio.
El confinamiento ha supuesto que miles de empleados y autónomos en la Comunitat
Valenciana no hayan podido acudir a sus respectivos trabajos durante muchas semanas. Se trata de un territorio donde una parte fundamental de la economía se basa en el comercio, el turismo y el sector servicios en general. Según la Encuesta de Población Activa (EPA), esto representa un 72.63 % del total de los puestos de trabajo en la provincia. Tras la vuelta a la nueva normalidad, empresas como la de Simó tratan de paliar los efectos de la COVID-19 con el fin de evitar el cierre definitivo de sus negocios.
Por ahora, el empresario valenciano se ha visto obligado a prescindir de diez de sus empleados. «Hemos tenido que hacer ERTE a la mayoría de trabajadores por la prácticamente inexistente carga laboral», admite Simó, quien a día de hoy únicamente cuenta con su socio y dos más en plantilla. A pesar de que la situación le apena, es consciente de que no puede pagar los catorce salarios que estaba pagando hace apenas cuatro meses. «Ojalá pudiera tenerlos a todos, pero a día de hoy con mis dos trabajadores ya no tenemos ningún tipo de beneficio; todo lo que ganamos va íntegro para su sueldo», aclara el propietario de la sociedad.
Las empresas que se dedican a los eventos —como es el caso de Javier Simó— han sido unas de las más castigadas por la pandemia según Raquel Montesinos, directora de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Valencia (AJEV). «Todos los trabajadores del sector de relaciones públicas, técnicos audiovisuales y espectáculos o eventos como las ferias de muestras se han visto muy afectados por la situación que hemos vivido, a pesar de que no se ha hablado prácticamente de esto en los medios de comunicación», asegura la directora. «Algunos de los que han tenido la oportunidad se han readaptado y ahora han empezado a organizar eventos mediante streaming, vendiendo entradas de conciertos virtuales al público para que pudieran disfrutar de una nueva experiencia desde casa», manifiesta Montesinos.
A pesar de la adecuación a la situación de ciertas empresas, los datos que deja la pandemia tras de sí son «terribles» según Diego Román, gerente de la Asociación Empresarial de Moncada (AEMON). «Realizamos una encuesta entre las empresas asociadas y, de media, habrá una bajada de ingresos del 53 % en comparación con el año anterior. La buena noticia es que las plantillas únicamente se han reducido en un 10 %, por lo que los empresarios valoran mucho el capital humano», asegura el gerente. Desde AJEV corroboran estos datos, aunque advierten de que esa disminución de personal a largo plazo irá a «peor», ya que los empleados con ERTE no contabilizan como despidos y muchos de ellos «probablemente acaben sin poder trabajar de nuevo en sus empresas».
Son datos relativos a la Comunitat, uno de los territorios nacionales más castigados por la crisis según AJEV. «Teniendo en cuenta que la economía valenciana se sustenta mucho en el sector terciario —sobre todo en el turismo—, era de esperar que el impacto económico ocasionado por el virus fuera mayor aquí», argumenta la directora de AJEV. «Las provincias del norte, especialmente el País Vasco y Navarra, apenas han sufrido en comparación, ya que son zonas donde la industria tiene un peso importante. Desde AJEV queremos promover proyectos industriales en un futuro, ya que así a largo plazo rebajaríamos mucho el déficit que tenemos», insiste Montesinos.
Por su parte, Diego Román, considera que la pandemia ha acelerado procesos que estaban por venir en el mundo empresarial. «Aquellas empresas que iban a tener que cerrar en poco tiempo han cerrado ya. Lo que está ocurriendo es que los negocios que estaban por aparecer de aquí a cuatro años lo están haciendo ahora —como el caso de los conciertos virtuales por streaming—. Para bien o para mal, todo está yendo mucho más rápido», asegura el gerente de AEMON.
«El pasado 2020 era el primer año que empezábamos sin números rojos en la empresa desde que la heredé y teníamos mucha ilusión. Incluso pudimos aumentar el salario de muchos trabajadores después de tantas temporadas. Pero desde que llegó la COVID-19 hemos tenido pérdidas por todos los lados», desvela Javier Simó, quien asegura que desde marzo ha dejado de ingresar el 30 % de las ganancias anuales debido a la paralización del sector. Sin embargo, es optimista de cara al futuro. «Se rumorea que la feria del mueble de València en septiembre se va a cancelar, aunque todo parece indicar que en octubre se hará la feria de Iberflora en Madrid y ello podría suponer la pérdida del miedo al virus y la vuelta a la normalidad en nuestro sector», comenta el empresario.
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