España es el país con más paro juvenil de la eurozona
- Andrea Agut
- 19 may 2021
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Actualizado: 19 may 2021
La tasa de desempleo se sitúa más de 20 puntos por encima de la media europea tras la pandemia
Andrea Agut, Castellón

Cola multitudinaria en una Oficina de Empleo de Madrid. Fotografía de El Economista.es
El Ministerio de Trabajo y Economía Social de España ha informado que durante el primer trimestre de 2021 se ha registrado la peor cifra, desde la llegada de la COVID-19, de desempleados menores de 25 años: 366.403. Desde la declaración del Estado de Alarma la cifra de jóvenes parados sólo decreció durante el último mes del pasado 2020, con un 0,7 % menos respecto al mes anterior, debido en gran medida a la contratación temporal de las campañas navideñas. Sin embargo, 2020 finalizó con la mayor tasa de paro juvenil de la UE, veinte puntos por encima de la media.
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el nivel de desempleo de los españoles menores de 25 representa actualmente un 39 % del total, un 6 % más que el pasado año. Además, la COVID-19 también ha golpeado la capacidad de emancipación juvenil, que ha registrado su peor cifra de casi la última década; el 55 % de los ciudadanos menores de 30 años iniciaron el año 2021 residiendo en el domicilio familiar.
Nivel de estudios, esencial para la inserción laboral
La interrelación entre las carencias que presenta el sistema educativo y el paro juvenil es clave para analizar las causas de la elevada tasa de desempleo en España, puesto que la formación recibida repercute directamente en una iniciación en el mercado laboral exitosa. Hoy en día, según el Instituto Nacional de Estadística, cuanto más alto es el nivel de estudios menor es el porcentaje de desempleo en los ciudadanos de 25 a 29 años. Los datos más alarmantes sitúan a aquellos jóvenes con un abandono escolar temprano, es decir, que solamente cuentan con estudios primarios, de los cuales el 57 % representa a las mujeres desempleadas, frente al 39 % de los hombres.

Fuente: Instituto Nacional de Estadística (INE)
El profundo contraste que causa la comparación de este último dato frente al bajo desempleo de aquellos que poseen un título doctorado, en concreto un 16 % en 2021, evidencia que la formación profesional es una estrategia fundamental para encontrar trabajo y un factor esencial para aumentar la empleabilidad. Además, un alto porcentaje de los jóvenes españoles – el 44 % – sólo alcanza alguno de los tres niveles de educación primaria, frente a una tasa media europea del 34 %.

Fuente: Instituto Nacional de Estadística (INE)
Por otro lado, la elevada polarización de la educación en España, asociada a la reducida apuesta de los jóvenes españoles por las diferentes opciones que ofrece la Formación Profesional, provoca una falta de ofertas de perfiles técnicos de menor cualificación. Este hecho va ligado a la cobertura de dichos puestos de trabajo por parte de universitarios licenciados, para los cuales están sobrecualificados, causando una grave frustración laboral a medio plazo.
Temporalidad de los contratos
La empleabilidad juvenil no sólo depende del nivel de su enseñanza a lo largo de las diversas etapas educativas, sino también de la gestión del mercado laboral por parte de las instituciones. Desde el punto de vista jurídico, el sector empresarial ofrece una contratación temporal a los jóvenes que no cuentan con experiencia laboral, debido al desconocimiento de su capacidad productiva para con la empresa. Por lo tanto, el sujeto opta por esta opción como la vía más eficaz para entrar en el mercado laboral. A pesar de la publicación de algunas políticas activas de empleo (PAE) sobre esta materia, con el objetivo de aumentar la intervención laboral y reducir el paro estructural en los jóvenes españoles, los resultados han sido escasos y poco notables. La temporalidad de la relación laboral no es perjudicial en sí misma para una persona que se incorpora al mercado laboral, porque le ofrece la oportunidad de entrar en el mismo, acumular experiencia y demostrar sus cualidades. Sin embargo, el abuso de esta modalidad de contratación y la vulnerabilidad de este tipo de contratos en momentos de crisis, debido a la mayor facilidad para rescindir un contrato temporal que uno indefinido, sí lo son. Diversas publicaciones del Instituto Nacional de Estadística demuestran que 261.000 jóvenes de entre 20 y 25 años en España estaban siendo asalariados mediante un contrato indefinido total en el pasado año, mientras que la cifra de jóvenes contratados temporalmente durante este año duplicó a la anterior. En este sentido algunos aspectos como la maternidad y la conciliación con el ámbito laboral matiza aún más la variación porcentual entre hombres y mujeres a medida que la edad de los asalariados aumenta, puesto que el número de contratos, tanto temporales, pero, sobre todo, indefinidos, disminuye considerablemente en las mujeres de entre 25 y 29 años.
Subocupación y desempleo de larga duración
En el caso de España, otro fenómeno que afecta a los jóvenes de manera pronunciada es el referido a la subocupación. Si bien la contratación a tiempo parcial puede ser una opción que permita a los jóvenes compaginar los estudios con la actividad laboral, lo cierto es que muchos de ellos se ven abocados a este tipo de empleo como única opción accesible en el mercado. Los datos publicados por el Observatorio empresarial para el Crecimiento Inclusivo, grupo de empresas y fundaciones formado, entre otras, por entidades como BBVA o Fundación La Caixa, ponen de manifiesto que en España el 67 % de los jóvenes que trabajan a tiempo parcial lo hace de manera involuntaria, porcentaje que casi dobla al referido a Europa. Según otro informe del propio conglomerado, el desempleo de larga duración – de más de un año – constituye uno de los aspectos con mayor incidencia sobre la definición de la vulnerabilidad laboral de los jóvenes. De este modo, la tasa de paro de larga duración de los jóvenes de entre 15 y 29 años en España registrada en 2020 corresponde al 14.4 %, dato que superó en casi 9 puntos a la media europea, que en este mismo año correspondía al 5,8 %.
Objetivo 2030
La presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, indicó el pasado mes de marzo que la propia Comisión Europea (CE) ha previsto que la gran mayoría de los ciudadanos europeos de entre 20 y 65 años tengan un empleo en 2030. En comparación con los datos anteriores a la pandemia proporcionados por Eurostat, El Pilar Europeo de Derechos Sociales de la Comisión Europea cuenta con unas expectativas más reducidas, puesto que antes de la llegada de la COVID-19 alrededor de un 73 % de personas entre este ancho rango de edad estaban empleados en la Unión Europea
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