España y la visibilización del deporte
- Nayara Cervera
- 25 may 2021
- 7 Min. de lectura
El fútbol acapara todos los focos e ingresos económicos dejando de lado al resto de deportes considerados “minoritarios”

Nayara Cervera. València
Minoritario, adj. Atiende según la Real Academia Española a una cantidad numérica inferior con relación a otra cantidad. En España, cualquier deporte es minoritario si frente a él se pone al fútbol. Sin embargo, ese resultado no sería real, pues en España se practican una gran cantidad de deportes que, pese a estar lejos del fútbol en números prácticos, son deportes que no cumplen con el adjetivo minoritario, ya que son miles las personas que los practican.
El punto candente de la cuestión recae en el ámbito de la visibilización debido a que la gran mayoría de programas deportivos y telediarios ofrecen el fútbol en casi la totalidad de su tiempo, dejando minutos residuales a otros deportes – restándole importancia a su mérito- o invisibilizando a la gran mayoría.
Esta problemática se hace mayor si la referencia es al deporte femenino, pues entonces los minutos de pantalla se reducen aún más. Según los datos de Barlovento, el deporte femenino representa un 4 % del total de información deportiva. Minucias para unas deportistas que ya han demostrado que son tan profesionales como los hombres y que merecen ser también noticia.
¿Deportes minoritarios o invisibilizados?
Una de las claves de esta cuestión atiende a la confusión de términos a la hora de referirse a este tipo de deportes. Existe una tendencia que se ha normalizado y asumido entre la sociedad en lo que se conoce como «deportes minoritarios». Se entiende por deportes minoritarios que son poco practicados entre la sociedad, pero esta atribución solo tiene en cuenta la práctica del deporte en alta competición y olvida el deporte base en el cálculo.
Esta confusión viene determinada por la cultura deportiva de cada país y por el grado de percepción social que hay de unos deportes u otros, es decir, por cómo la gente ve unos deportes sobre otros, así como por la diferente atención que los medios destinan a cada uno de ellos.
Existen deportes más allá del fútbol que poseen un gran número de licencias deportivas como es el caso del voleibol, uno de los juegos que más licencias federativas acumula en el mundo – más de 100 millones. O también es el caso del atletismo, que integra más federaciones (214) que la propia FIFA, Federación Internacional de Fútbol Asociación (211). En España, se sigue usando la expresión «minoritario» sobre deportes que históricamente tienen un gran peso en el país.

La realidad en cifras
El fútbol a lo largo de su historia se ha consagrado como el «deporte rey». No solo en visibilidad y en practicantes – con alrededor de 1 000 millones de practicantes en el mundo– sino también en número de licencias. Aunque el crecimiento de forma paralela del resto de deportes es significativo, no consigue ponerse al mismo nivel del fútbol.
Las federaciones de cada comunidad habilitan a través de estas licencias a jugadores para que puedan ser inscritos en competiciones oficiales de las distintas modalidades deportivas.
Según el último informe del Consejo Superior del Deporte de forma general el número de licencias del país creció con respecto al año anterior en un 2,8 %. El fútbol sigue siendo el deporte más beneficiado con 32 514 deportistas más inscritos en competiciones que el pasado curso. A su vez, el baloncesto inscribía solamente a 525 jugadores y el balonmano a 1 450 más. Otros deportes considerados «minoritarios» como el rugby contaron con un crecimiento de 2 100 jugadores más, junto al voleibol que también experimentó un aumento de 1 200 personas. En la cola se encuentra el waterpolo que logra alcanzar en 2019 los 12 500 jugadores inscritos en competiciones en sus 114 años de historia.

Histórico de licencias deportivas
Si se compara el número de licencias que se han habilitado en los últimos 20 años, se puede observar el crecimiento de deportes no tan conocidos o practicados y la disparidad que sigue habiendo con respecto al fútbol o al baloncesto.
Desde el año 2001, deportes como el balonmano han visto crecer sus cifras de jugadores inscritos en competiciones atravesando el pasado 2019 los 100 000 participantes, pero su crecimiento no representa más que el 0,4 %. En cambio, el fútbol duplica sus cifras mostrando una vez más su dominio pasando de 592.176 federados en 2001 a 1.095.604 en 2019.
En la segunda posición se encuentra el baloncesto desde 2014, que en 2018 vio un crecimiento de un 8,7 % de sus licencias deportivas. Sin embargo, el crecimiento del voleibol arrolla al del baloncesto con un aumento de sus jugadores en los últimos cuatro años de un 37,5 % más. Asimismo, el rugby ya ronda los 40 000 federados, pero en comparación con el resto de los deportes solo representa un 0,3 % de progreso según el informe histórico de licencias deportivas del CSD. El crecimiento de estos deportes es incesante, pero a su vez paulatino si frente a él se pone al fútbol.

¿Qué ocurre en las federaciones?
Las federaciones deportivas son organismos de carácter privado, pero con un ente público y, por tanto, ejercen una función pública bajo la tutela del Consejo Superior de Deportes. España tiene en total 66 federaciones, pero no existe dentro de ellas una definición clara de que deportes representa cada una de ellas. ¿Qué relación tiene el problema de las federaciones con la falta de visibilidad?
Todavía hay deportes que no tienen un organismo propio que regule sus estatutos, competencias o ligas, sino que como ocurre en el caso del Waterpolo se ven incluidos y dependen de la Real Federación Española de Natación cuando realmente son dos deportes con competencias y destrezas distintas. La falta de federaciones en España se traduce con unos ingresos menores y una visibilidad insignificativa.
Asimismo, las federaciones no podrían vivir sin la financiación pública, pero la destinación económica que se proporciona entre deportes tampoco resulta equitativa. Con respecto a otros países, España solo recibe 40 millones de euros de los presupuestos estatales que se reparten entre las 66 federaciones – el fútbol recibe un ingreso mayor con diferencia al resto – mientras que, por su parte, Italia destina 280 millones de sus recursos económicos al fomento deportivo. Graciela Leiva, actual entrenadora del Club de Balonmano de Paiporta afirma esta disparidad tras su experiencia como jugadora en el país romano: «La diferencia es abismal, en Italia hay más ayudas, más facilidades y las jugadoras pueden vivir del deporte». El fútbol mueve una cantidad ingente de dinero frente a otros deportes y ello explica la desigualdad en todos los aspectos que se repite en todos los países.
Solo el fútbol profesionalizado
Para que haya deportistas de alto nivel es necesario que se encuentren profesionalizados. En España, solo están profesionalizadas las ligas de fútbol masculina de 1ª División, 2ª División y 2ª División “B” junto a la liga ACB de baloncesto. El resto de los deportistas, por tanto, se encuentran federados, pero no profesionalizados.

«Es un lastre porque imposibilita a otros deportes cobrar y vivir de ello», afirma María Ribera, jugadora y entrenadora del club Rugby Turia. La cantidad de ingresos que recibe cada club es ínfima en comparación con aquellas ligas que sí reconoce a sus jugadores como profesionales del deporte. Lo mismo ocurre con los ingresos publicitarios, la aparición en los medios de comunicación y el apoyo gubernamental. David de Juan, jugador del Club de Voleibol Valencia, primer equipo valenciano en subir a la máxima categoría, explica cuales son las consecuencias: «La cuestión se explica por la gran cantidad de dinero que mueve el fútbol y esto deja prácticamente sin oportunidades al resto de deportes».
Invisibilidad a doble partida
A lo largo de la historia, la mujer ha vivido la invisibilidad a doble partida no siendo reconocida dentro del mundo del deporte. Por un lado, el acceso y reconocimiento tardío en los adentros del deporte han marcado unas cifras que no son equitativas ni representativas en cuanto a la de los hombres. Según el Anuario de Estadísticas Deportivas emitido por el Ministerio de Deporte, solo 888.617 de los casi cuatro millones de deportistas federados son mujeres, es decir, solo un 23 %.
La realidad del deporte femenino a su vez ha estado marcada por la falta de referencias femeninas, así como la carencia de apoyo institucional o publicitario entre otros. Vicky Losada, jugadora del FC Barcelona femenino comentaba ante los medios el pasado lunes tras ganar la máxima competición de fútbol femenino: «Con este triunfo abrimos muchas puertas a todo un país de referentes para las niñas que muchas no hemos tenido». La representación femenina en el fútbol o el ciclismo es diez veces menor a la de los hombres.

El remate a esta invisibilidad se da cuando las mujeres practican deportes con una visibilidad menor. «Siempre hemos tenido que luchar el doble que los hombres y ni aun así tenemos reconocimientos de nada», afirma Graciela Leiva actual entrenadora del Club de Balonmano de Paiporta. Del mismo modo, María Ribera explica que esos reconocimientos solo llegan en forma de felicitación y fotos: «Detrás de cada foto no se están cubriendo las necesidades que nosotras tenemos como pueden ser becas de estudios, becas que nos paguen los viajes, un colaborador, etc.».
Las mujeres han experimentado la dificultad de conciliar su vida familiar maternal con la deportiva: «En ocasiones me tengo que llevar a mi hija a los partidos porque no es nada fácil compaginarlo» comenta Leiva.
Papel de los medios de comunicación
El periodismo deportivo ha dejado de tratar el ámbito deportivo y ha pasado a ser periodismo de fútbol, ya que es aquel que mueve masas de audiencia. Sin embargo, una tendencia ha ido afianzándose en España: la espectacularización y el infoentretenimiento en las informaciones ha demostrado la escasa capacidad de los medios de generar curiosidad e interés en otros temas y deportes.
Un gran ejemplo de esta cuestión se puede observar en los programas periodísticos líderes del sector, en el programa del 22 de mayo de 2021 en televisión, Deportes Cuatro ofrece un programa de 25 minutos en los que 23 de ellos tratan de fútbol; en radio, El Partidazo de COPE ofrece un programa de 2 horas en las que 1 hora y 40 minutos tratan de fútbol y en prensa, el diario Marca ofrece un periódico de 28 páginas de las que 21 son sobre temas futbolísticos.
En España, el cuarto poder ha ido olvidándose de que tiene que ser el altavoz para «todos por igual», explica Ribera. Sin embargo, cuando al frente están mujeres deportistas, el problema se agrava ya que la prensa suele caer en los estereotipos, sensacionalismos y el morbo en el tratamiento de sus noticias.
Según el informe de la profesora Clara Sainz de Baranda Mujeres y deporte en los medios de comunicación. Estudio de la prensa deportiva española, las mujeres solo ocupaban un 6% del espacio de información deportiva en todos sus formatos y solo en un 4% de las ocasiones eran portada.
El problema de visibilización no es culpa del fútbol. La cuestión va más allá teniendo que ver con la reeducación y culturización de una sociedad que asume cualquier deporte que no sea de su interés en «minoritario». María Ribera afirma que detrás de cada deporte hay mucha gente que tiene mucho ejemplo que dar y «siempre están los mismos en el escaparate».
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