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La lectura como salvavidas

  • Foto del escritor: Andrea Navarro
    Andrea Navarro
  • 17 may 2021
  • 4 Min. de lectura

Los españoles leyeron una hora más a la semana en el confinamiento


Andrea Navarro. Valencia


Abres el libro y comienzas la lectura, por arte de magia te has convertido en un caballero que se enfrenta a un dragón, o quizás en una sirena que hipnotiza a los marineros con sus cantos, o, más bien, en un lobo disfrazado de abuelita. Como dice George Martin, el lector vive mil vidas antes de morir y el hombre que no lee solo una.


Huyendo del papel

Los lectores seguirían teniendo recursos para leer, aunque quemasen sus libros como en la novela Fahrenheit 451, ya que, el 78.3% prefieren el libro electrónico. «He empezado a huir del papel», cuenta Ignacio Carrau, vicepresidente tercero del Ateneo Mercantil de Valencia y coordinador de sus grupos de lectura.


Según Carlos Cambres, tesorero de la iniciativa Valencia lee, gracias a las nuevas tecnologías, «se lee igual o más que antes, aunque ha cambiado la temática de la lectura». Pero, a pesar de sus beneficios, los más tradicionales optan por el papel: «adoro al libro en su formato clásico», comenta Román Royo, coordinador del grupo 2 de lectura del Ateneo.


Leer les hará pensar

“No está bien que las mujeres lean, les hará pensar, es cosa de hombres”, esta famosa frase de la Bella y la Bestia no se cumple hoy en día, puesto que, las mujeres leen más que los hombres.


Concretamente, el perfil de lector más frecuente en España es mujer urbana, mayor de 55 años y con título universitario, según un estudio realizado por la Federación de Gremios y Editores de España (FGEE).


Así pues, los libros preferidos son clásicos como Don Quijote de la Mancha, Cien años de Soledad y El Principito y otros títulos más contemporáneos como El niño del pijama de rayas, La sombra del viento o la saga de Harry Potter.

En cuanto a las estadísticas territoriales, los lectores de la Comunidad Valenciana superan la media y han aumentado ocho puntos su lectura trimestral en comparación con 2010. Debido, en gran parte, al boom de los clubes de lectura en Valencia, con más de 23 formados por la Red de Bibliotecas Municipales más los de librerías como Ramon Llull o Gaia.


Estos datos sobre el perfil del lector se observan en espacios como el Ateneo Mercantil de Valencia y la Biblioteca de la Casa de la Reina, porque, en ambos lugares, sus clubes de lectura están formados por personas de avanzada edad, debido a que, disponen de más tiempo libre, y, particularmente, el grupo 2 de lectura del Ateneo, dirigido por Román Royo, está formado solo por mujeres.


Para siempre es solo un segundo

Como bien dice el conejo blanco de Alicia en el País de las Maravillas, para siempre es solo un segundo, afirmación que antes del estado de alarma comprobaban la mayoría de los ciudadanos, ya que, su escaso tiempo libre se veía interrumpido por alguna llamada o correo del trabajo o universidad, estando siempre vigilados como si de una distopía orwelliana se tratase.


Ante esta situación, surgieron los cursos de lectura rápida que enseñaban a leer grandes tomos en pocos minutos, técnica que según los expertos es poco efectiva y genera ansiedad. «He hecho un curso de lectura rápida y he leído Guerra y paz en 20 minutos. Va de Rusia», bromeaba Woody Allen.


Otra de las causas de la ‘no lectura’, especialmente en los jóvenes de entre 14 y 24 años, es la falta de interés. Los estudios revelan que, a partir de los 15 años, el 55% de la población deja de leer, uno de los principales motivos es el auge de las redes sociales, que han supuesto un nuevo entretenimiento, o más bien, distracción, para ellos.


La llave a mil universos

Gulliver no tendría que haber viajado tanto para conocer otros lugares, debido a que, gracias a espacios públicos como las bibliotecas, habría tenido la llave a mil universos en la palma de su mano. No obstante, a pesar de los múltiples recursos que ofrecen, solo un 27% de usuarios acuden de manera frecuente a ellas, según el último estudio de FGEE.


Para fomentar la lectura, según explica Ximo Palomares, director de la Biblioteca de la Casa de la Reina, están ampliando sus servicios en línea, ya que, mediante Internet han conseguido una mayor difusión, aumentando así el número de usuarios inscritos. Su objetivo es que la biblioteca «no solo cumpla el papel clásico de préstamo de libros, sino que sea un espacio cultural orientado a todos los públicos».

Otra de las iniciativas públicas es Valencia Lee, un nuevo proyecto que ofrece libros gratuitaos en diferentes locales. Isabella Pojavis, escritora y presidenta de Valencia Lee, «quería llevar a cabo una actividad que permitiera el acceso a la lectura en los barrios de Valencia de forma gratuita», explica Cambres, tesorero del proyecto.


Asimismo, el Ateneo Mercantil de Valencia, además de contar con los clubes de lectura, realiza dos concursos: Premio Novela Ateneo, siendo este año su cuarta edición, y el Premio Ateneo de Relato Corto en colaboración con la editorial Olé Libros.

Leer o no leer, esa es la cuestión

Cuando la situación vuelva a la normalidad, los nuevos lectores quizás pierdan el interés en resolver el asesinato del Orient Express, en conocer como fueron los 100 años de soledad de los Buendía o en responder a la cuestión del ser o no ser.


O quizás, quieran seguir acompañando a Don Quijote y Sancho Panza en sus andanzas, presenciar la vuelta a casa de Ulises tras la guerra de Troya o conocer cómo sería el infierno según Dante.


Quizás sí o quizás no, pero, como bien afirma Ignacio Carrau: «La lectura es un vicio, yo empecé a los 12 años y no la he soltado».



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