La Prisión De Sus Ojos

Adrián Ruck.Castellón

La matanza de Texas, en inglés original The Texas Chainsaw Massacre, es una película de 1974 escrita, producida y dirigida por Tobe Hooper. A pesar de la popularidad que acabó por tener la cinta, fue creada con un presupuesto muy pequeño de 140000 dólares, puede parecer mucho dinero, pero hoy en día rodar un corto puede rondar los 80000 euros y los largometrajes suelen contar siempre con presupuestos millonarios. Esto supuso que los actores contratados fueran en su mayoría primerizos y sin experiencia en cine además de limitar el equipo disponible para la grabación e iluminación.

En general, esta película no destaca en cuanto a los aspectos más comunes como los personajes, la trama o su banda sonora y puesta en escena. En cambio, aquí todos estos elementos parecen servir a un único propósito, la tensión. En concreto, los personajes son bastante unidimensionales, el único que destaca por una complejidad algo mayor es el hermano mayor de Leatherface, quien a veces parece tener algo de conflicto con las acciones de su familia. El resto son, en general, los adolescentes cazados y los psicópatas caníbales. Los primeros son prácticamente animales que van al matadero, con poco desarrollo de sus personalidades o motivaciones, sabemos poco más que sus nombres y a pesar de que en algunos momentos no paran de gritarlos es fácil olvidarlos.

El único momento en el que las actuaciones brillan es para mí la escena de la cena familiar, al final de la cinta, donde un muy buen uso de los close-ups y el sufrimiento de los actores que grababan durante una de las peores olas de calor de la historia de Tejas nos regalan una sensación de surrealismo y locura que emana de toda la casa. Esta escena ha servido de inspiración a muchas otras obras del género de terror que tratan de captar esa misma esencia de psicosis.

En cuanto a la puesta en escena, no es la más cuidada, pero funciona debido a que se busca un desorden y una suciedad casi asquerosos en todas sus escenas. Además, crea esa estampa de zona aislada de la américa del sur, con los campos interminables y las reclusas granjas esparcidas por el lugar.

A parte de estos elementos del escenario cabe destacar el atrezo empleado en las escenas de gore, y es que estas escenas en su momento se consideraron excepcionalmente violentas y excesivas, llegando a hacer que la cinta se prohibiera en varios países durante mucho tiempo. A mi parecer hoy en día hay muchísimas películas de horror, como la saga Saw, que superan con creces lo que vemos hacer a Leatherface y su familia.

El uso de la sangre, las vísceras y la violencia me parece bastante más simple, pero a la vez efectivo, las muertes de los personajes son mucho más súbitas y de verdad producen ese impacto grave de ver extinguirse una vida sin más. Y es aquí donde no saber mucho sobre los personajes hace que se parezcan más aún a animales sin más, sin nombre y sin escapatoria, cazados y asesinados antes de llegar a comprender lo que ocurre. Además, es algo divertido pensar que realmente desde la perspectiva de Leatherface en un solo día se le han colado en casa tres extraños sin siquiera ser invitados, incluso una persona racional se cabrearía pero él lo lleva al extremo.

La banda sonora es poco más que funcional, empleando en su mayoría música de ambiente que proviene de la radio de la caravana de los protagonistas y de otra en el interior de una gasolinera. A parte de estas canciones de country y folk, en escenas de tensión se emplean sonidos terroríficos que hacen que crezca la tensión acompañando a los gritos de las víctimas, estos, grabados en su totalidad por el director sí me parece que añaden bastante valor.

Por último, la trama es de las más básicas que he visto ya que no tiene un fin claro, es un vehículo para mostrarnos los eventos de los que nos habla el narrador al principio, un camino que nos lleva hacia la locura de la casa de los caníbales. Con todo, es funcional y bastante más sólido que el de muchas otras películas slasher, todo lo que ocurre tiene su lógica y es plausible.