¿Quién lleva una vida saludable?
- Lola Mesado Albero
- 9 may 2021
- 5 Min. de lectura
Las rentas más bajas consumen productos “insanos” con mayor frecuencia

Lola Mesado @lolamesado1
Somos lo que comemos. La alimentación saludable consiste en consumir un abanico de alimentos que proporcione los nutrientes y energías necesarios para nuestro organismo. Pero, ¿esta forma de vida saludable está al alcance de todos?, ¿influye el nivel social de una persona en su alimentación?
En España, según la OMS, las cifras de obesidad en adultos se sitúan en torno al 23 % de la población total. Por otra parte, el estudio Aladino del Ministerio de Consumo, revela que, de la población infantil (6-9 años), un 40,6 % presenta exceso de peso. Es por ello que Alberto Garzón se ha basado en los resultados de este informe para poner el problema sobre la mesa el cual, señala, afecta en mayor medida a las familias con rentas bajas.
A través del Instituto Nacional de Estadística se obtiene el patrón de consumo de determinados alimentos (en este caso; refrescos azucarados, comida rápida y aperitivos) en personas de diferente clase social, la más alta refiriéndose a directores/as y gerentes de establecimientos y profesionales asociados a licenciaturas universitarias y la más baja a trabajadores no cualificados. Los datos extraídos para el análisis de este reportaje surgen de la Encuesta Europea de la Salud de 2020.
Refrescos azucarados
En los Presupuestos Generales del Estado para el 2021 se recoge una subida del IVA a las bebidas azucaradas y edulcoradas, de un actual 10 % a un 21 %. Esta medida no se aplicará en bares y restaurantes para no perjudicar su situación económica, sino que tiene el objetivo de promover hábitos alimenticios más saludables entre la población.
Frente a esta decisión del Gobierno, expertos como Mauricio García, director general de la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas, tildan la medida de ineficaz. García considera que tiene un fin más «recaudatorio» y que «solo afectará a las rentas más bajas».
Los datos del INE demuestran que el consumo de este tipo de bebidas azucaradas es mucho mayor en la población con rentas inferiores. A diario; 115.400 personas de renta alta consumen refrescos. En cambio, el consumo de estas bebidas en personas con rentas más bajas alcanza casi el medio millón, 475.900. Por lo que la subida del IVA sí afectará más a las rentas bajas.
La Asociación de Marcas de Restauración asegura que la clave está en la creación de campañas desde la educación destinadas a mejorar los hábitos de consumo. Desde el Ministerio de Consumo también se trabajan programas para explicar a los niños la necesidad de una buena alimentación.
Según la OMS, la cantidad recomendada de azúcar diario es de 25 gramos, sin embargo, un refresco de la marca “Coca-cola”, por ejemplo, contiene ya 35 gramos de azúcar. Por otro lado, un zumo de piña, una bebida muy común entre la población infantil, contiene 42 gramos de azúcar, pero cabe añadir que esta bebida también tiene el azúcar intrínseco de la fruta y no solamente azúcar libre.
Las bebidas azucaradas suponen uno de los condicionantes más graves entre la población, no solo en el aumento de peso, sino también en el incremento de enfermedades como la diabetes.

Gráfico de barras. Consumo diario de refrescos.
Comida rápida
La comida rápida hace referencia a platos, de precios asequibles, ya preparados y cuyo consumo ha ido creciendo los últimos años. Este aumento de su consumo se ha visto marcado por el estilo de vida de la sociedad y su escasez de tiempo.
Diariamente, este tipo de comida se consume entre gran parte de la población española. En concreto 48.900 personas de rentas altas frente a 106.700 de rentas más bajas. A pesar de estas cifras, España se sitúa entre los países que menos comida rápida consume, según un estudio de EAE Business School. Un ranking encabezado por EE.UU. y con España en el puesto 12.
La comida rápida se compone en gran parte de grasas saturadas, azúcares libres, sal, calorías e incluso colesterol. Componentes que pueden afectar a la salud de sus consumidores provocando obesidad, hipertensión arterial, patologías renales, entre otras enfermedades. El principal motivo de su consumo es su precio, muy asequible y económico. A esto se debe sumar los hábitos de consumo de las familias, el factor saciante y adictivo de los productos e incluso la publicidad y la persuasión de empresas.

Gráfico de barras. Consumo diario de comida rápida.
Aperitivos o comidas saladas de picar
El aperitivo es aquella comida ligera que se consume para abrir el apetito o para picar entre horas y eliminar cualquier tipo de antojo, muy ligada al placer. Este tipo de aperitivos son comidas saladas de consumo fácil y rápido y, muchas veces, se consumen productos con un alto contenido en calorías, sal, azúcares libres y grasas saturadas. Un claro ejemplo son las patatas fritas en bolsa, que tienen alrededor de 228 kcal por cada 45 gramos, lo que equivale, más o menos, a comerse dos filetes medianos de ternera a la plancha.
Los datos del INE demuestran que el consumo diario de aperitivos o comidas para picar vuelve a ser mayor en aquellas personas con rentas bajas. 55.400 personas de clase social más baja consumen a diario estos alimentos, frente a 20.600 personas de clase alta. Dado el elevado número de españoles que consume a diario este tipo de aperitivos, el BOE ha precisado su reglamentación y regulación con el Real Decreto 126/1989, del 3 de febrero.
El estudio de Aecoc Shopperview ‘Oportunidades de crecimiento en el momento snacking’ afirma que más de la mitad de los usuarios optan por opciones más calóricas, productos procesados y altos en sal y azúcares, como chucherías, patatas chips o chocolatinas. Pero actualmente destaca el crecimiento del consumo de aperitivos saludables, como los hechos a base de verduras y frutas frescas o los envasados de productos del mar.

Gráfico de barras. Consumo diario de aperitivos.
Conclusiones
Después de realizar este análisis de comidas no-saludables como los refrescos azucarados, la comida rápida y los aperitivos para picar, podemos observar que la clase con rentas más bajas consume este tipo de comidas “insanas” con mayor frecuencia. Pero, ¿es por una cuestión de precios más bajos o más altos?
La comida saludable proporciona mayores beneficios para nuestro organismo, pero los precios de esta son muy diferentes comparados con los productos poco beneficiosos. Algunos ejemplos:
• Macarrones bio 500gr, 0’79 € // Macarrones normales 1kg, 0’75 €
• Queso fresco bio 160 gr, 1’09 € // Queso fresco no bio 200 gr, 0’65 €
• Leche de avena 1 litro, 1’17 € // Leche normal 1 litro, 0’59 €
Es cierto que los precios de los alimentos más saludables conllevan un coste mayor para el bolsillo, por ello que muchas familias recurren a alimentos ultraprocesados para su día a día y así lograr ahorrar más. No obstante, existen numerosas alternativas hoy en día que facilitan llevar una alimentación saludable y que no suponga una gran inversión.
A estos datos también se agrega la exposición frente al problema. Según un estudio de la Universidad de McMaster (Canadá) se reveló que el 80 % de los anuncios de alimentos
corresponden a comida basura. Esto supone una sobreexposición constante que, sobre todo, afecta a los más pequeños. Pero la publicidad de comida no saludable no durará mucho tiempo. El Ministerio de Consumo prohibirá los anuncios dirigidos a menores de 15 años. Con esta iniciativa pretenden frenar los hábitos alimenticios no saludables y poder así mejorar las estadísticas de alimentación.

Gráfico de barras. Consumo diario de comidas insanas.
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